Algo se agita bajo la tierra. Un enigma permanece agazapado en la red de túneles que se extienden como raíces antiguas bajo la casa de la bruja. Túneles y raíces que se abrazan para contener un misterio fragmentado que tendremos que recomponer con el pequeño duende Carimara. Afortunadamente, Carimara es astuto y escurridizo, especialista en encontrar cosas escondidas y también respuestas. Bajo la casa reposa un espíritu. Un fantasma con sus propias preguntas, con un enigma propio que tendremos que desentrañar.
CARIMARA: Beneath the forlorn limbs es un cuento de terror folk del desarrollador francés Bastinus Rex publicado por Critical Reflex, la editora que se ha especializado en aventuras narrativas breves e inquietantes como Mouthwashing, Arctic Eggs o No, I’m not a Human. En esta ocasión encarnamos a una pequeña criatura inspirada en el folklore normando que aparece en la cabaña de una bruja para exorcizar al fantasma que vive en su sótano. Para ello tendremos que recorrer la cabaña y sus alrededores, investigando sus objetos y criaturas y acumulando conocimiento, en una aventura point&click con un sistema de diálogo basado en cartas y una estética retro de terror y fantasía oscura que transcurre en apenas una hora de duración.
Uno de los aspectos más interesantes del juego es que la comunicación y las acciones están basadas en cartas. El duende Carimara no puede hablar, pero eso no significa que no pueda comunicarse. Cuando encontramos objetos clave en el escenario e interactuamos con ellos, podemos convertirlos en cartas y usar cada una de estas cartas como acciones o unidades comunicativas. El escenario, por su parte, es pequeño y está perfectamente acotado, pero también está lleno de detalles y de secretos y lo más interesante es que va abriéndose a lo largo de la aventura no de forma física, sino que se expande mediante el conocimiento. En CARIMARA es la información que vamos encontrando y el conocimiento que vamos adquiriendo lo que nos permite avanzar.
Nuestras herramientas lúdicas y comunicativas, por tanto, son las cartas, pero conseguirlas todas no es un acto mecánico o automático, no es una cosa que suceda sin más, solo con “estar” en el juego, sino que tendremos que interpretar la información que vamos obteniendo. Para ello es fundamental escuchar atentamente lo que dicen los personajes, que se expresan con un lenguaje vago y mediante sugerencias crípticas que apuntan a varios escenarios posibles, y prestar atención a los detalles. Depositar la progresión de la aventura en las meras deducciones de los jugadores es arriesgado, pero funciona. La progresión está bien calculada y resulta muy estimulante tirar de los hilos pertinentes hasta que finalmente conseguimos toda la información necesaria para responder a las preguntas que nos formula el fantasma del sótano (y encontrar el final secreto).
Como en un buen cuento de hadas oscuro, la estética del juego es áspera y sombría, pero encierra una ternura bajo sus formas inquietantes. Las texturas sucias y rugosas se estremecen cuando recorremos los entornos de baja poligonización y la limitada paleta se emplea con inteligencia en las sutiles aplicaciones de color, todo ello para arropar una aventura que confía más en su ambientación inquietante y melancólica que en los sobresaltos o las revelaciones disruptivas. La contención del escenario y todos sus elementos estéticos evocan una naturaleza artesanal que reside en los propios mimbres del juego: las texturas y los sonidos están hechos a mano y provienen de fotografías y grabaciones de la campiña francesa, cerca de donde vive Bastinus Rex.
CARIMARA: Beneath the forlorn limbs es otra feliz iteración por el terreno de las aventuras narrativas breves que además de su sugerente apartado visual y su ingenio mecánico nos ofrece una historia conmovedora. Un cuento de la bruja cuya magia siniestra encierra un corazón enorme.
